¿Acaso estas imágenes
te parecen Cusco, la capital arqueológica de América?
El mall en el Cusco, es el mayor símbolo del capitalismo y del consumismo desmedido en nuestra ciudad; porque aquí se es feliz sólo con dinero y no te debe importar si tu consumo contribuye a contaminar más nuestro ambiente o a propiciar el consumo local (pues aquí casi todo es importado y hecho en condiciones de explotación y depredación ambiental). Tampoco te debe importar perder tu identidad (es uno de los lugares más alienados), mucho menos importarte si lo que allí comes está lleno de químicos y aditivos. Y por supuesto si quieres sentirte bien frente a tantas fotografías de modelos extranjeros como prototipos de belleza, entonces renuncia a tu diversidad cuál sea tu identidad sexual, étnica o cultural, y orienta tu vida para ser uno de los estereotipos que allí nos imponen.
Las
fotos de los
modelos que exhiben en sus tiendas comerciales, son blanc@s, esbelt@s, alt@s, y
al parecer también son heterosexuales. Esas imágenes pueden estar hasta en
Europa y de seguro no desentonarían, pero están en Cusco… un lugar donde
aparentemente nos sentimos orgullosos de nuestra identidad andina y amazónica,
y la reivindicamos a través de variedad de expresiones, elementos en nuestros
espacios públicos e incluso en nuestro vestir.
De todas las fotografías publicitarias que hay en el mal, casi el 80% son de mujeres solas, que son las más vulnerada en estos espacios. No existen niñas, ni mujeres con rasgos andinos, mestizos, o que muestren parte de nuestra diversidad, todas son mujeres estilizadas, sexualizadas y consumidoras. No importa la identidad, el trabajo, el grupo cultural, los ideales, las condiciones físicas, sociales y económicas porque todas debemos aspirar a ser como ellas.
Para estas empresas comerciales, lo
prioritario es hacer sobre todo a las mujeres potenciales consumidoras de sus
modelos de belleza y felicidad.
¿Cuál es el impacto que
causa ver estas imágenes de única belleza de mujer? ¿Qué pensará la niña con
rasgos andinos? ¿O la mujer de una comunidad campesina? ¿La trabajadora del
hogar? ¿La trabajadora de limpieza de este mismo mall? ¿La estudiante
universitaria? ¿La trabajadora del banco? ¿La lesbiana? ¿La madre de 3 hijos?
¿La feminista? ¿La profesora? Y muchas más…
Qué pasará por la mente de todas las mujeres
diversas que somos al ver estas imágenes, lo que es seguro es que para muy
pocas esto pasará desapercibido. Quizá algunas tengan claro que estas mujeres
no las representan, otras se verán influenciadas para llegar a ser tal cuál esos modelos (por algo existen
altos índices de anorexia y bulimia, así como una creciente industria de la
dieta y la belleza), y hasta quizá otras se depriman por no poder alcanzar
estos ideales para ser aceptadas socialmente y se menospreciarán a sí mismas. Y
para los varones estas imágenes les dan los argumentos para decir quién es
bella y quién no, y que la mujer es objeto de consumo.
Las únicas
imágenes en este mall que representen a personas andinas son las que están
hechas como caricaturas, ¿Qué nos quieren decir?. Y existen otras 2 propagandas
más de una empresa de autos que presenta rostros más diversos e incluso una
zona arqueológica.
Así en espacios como éste que se supone son para distraernos
y pasarla bien, se nos va alimentando de una violencia invisibilizada pero diaria que nos llena de estereotipos
que discriminan y sensaciones de falsa felicidad. Violencia que nos hace
rechazar nuestra identidad.
Consumir en este sitio, organizar eventos allí o
tan solo considerarlo como punto de reunión… es una gran contradicción a todos
aquellos y aquellas que venimos luchando contra este sistema capitalista y
patriarcal, buscando que algún día tod@s seamos incluid@s y respetados en
nuestras diversidades. Estos espacios comerciales jamás podrán suplantar a los
espacios públicos, pues no son espacios neutrales, sino están totalmente
diseñados e ideologizados para “consumir y alienar”. Si apostamos por contribuir a la construcción de un lugar diverso,
justo y solidario para tod@s, sin discriminación y sin violencias… esto también
lo demostramos en nuestras coherencias cotidianas y buen ejemplo de ello, es
justamente No ir al mall.
Nota: Todas las fotos
presentadas en este artículo son tomadas en el mall de la ciudad del Cusco, el día 29 de agosto del 2016.
Claudia M. Palomino Valdivia
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