miércoles, 6 de febrero de 2013

El inka en la plaza

Por alguna de esas extrañas razones que inundan la política, al alcalde de Cusco se le ocurrió colocar un monumento al inka en la plaza principal del Cusco. Pronto los “especialistas” protestaron contra este hecho, acusando al alcalde de autoritario y haberlo hecho sin consultarlo al pueblo y a los especialistas.


La decisión pudo ser autoritaria, pero revivió las viejas pasiones y contradicciones de los cusqueños. La Dirección Regional de Cultura se puso al frente de una “cruzada” por desterrar al inka de la plaza, haciéndonos recordar aquella “gesta” de los especialistas de la cultura que lograron evitar que en ese mismo lugar se colocara la imagen de Tupac Amaru en 1974. Nuevamente un símbolo de la cultura cusqueña sería obligado a retirarse de la plaza principal del Cusco, con el argumento de que, como ya está declarada patrimonio por la Unesco, no se puede alterar nada en ese lugar.

Pero como el debate se ha extendido el inka sigue allí y un buen número de cusqueños insiste en que no lo saquen. Es curioso que supuestos defensores de la cultura apelen a los argumentos de una entidad imperialista como la Unesco e intenten retirar un símbolo identitario andino-cusqueño, y a la vez ni se pronuncien por otros atentados al patrimonio como –por ejemplo- será la construcción del aeropuerto de Chinchero.

Que se consulte, sí. Pero al pueblo, no a los que dicen ser especialistas de la cultura y en el fondo se orientan por parámetros occidentales. La plaza, tiene ahora un símbolo andino entre tantos símbolos de la dominación colonial y los íconos neoliberales como Mc Donals y Bembos, los defensores del patrimonio primero deberían pedir que se retiren estos locales nocivos a la salud y a la identidad.