Roberto Ojeda Escalante
El actual proceso
electoral ha evidenciado el bajo nivel de razonamiento matemático que existe en
el país, pero no necesariamente en los pueblos alejados o en los sectores
urbano marginales, sino en el mismo corazón de la cultura nacional peruana: los
intelectuales y los medios de comunicación. A parte de haber quedado evidente
el proceso fraudulento para imponer dos candidaturas ultra neoliberales, los
argumentos que se han usado para justificar eso, así como los análisis para
comprenderlo; parten de supuestos cuantitativos falsos.
La migración de los votos
Primero, es
evidente que los candidatos retirados del proceso tenían electores focalizados
geográfica y socialmente; por lo que resulta fácil deducir cual fue la maniobra
al retirarlos del juego. César Acuña tenía un bolsón importante en el norte del
país y en segundo lugar en todas las regiones, la prueba está en los escaños
que su partido obtuvo para el congreso. En tanto Julio Guzmán tenía, o parecía
tener, un fuerte electorado urbano, principalmente en Lima. Algunos analistas
dicen que los votos de ambos fueron los que le permitieron llegar a tercer
lugar a Verónika Mendoza, pero esto es un mal análisis.
Los resultados en
el norte reflejan que los electores de Acuña migraron a Keiko Fujimori, que
obtuvo impresionantes cifras en esas regiones. Quizás lo hicieron por la cólera
de haberles tachado a su candidato, pero es evidente que esos votos no migraron
al FA, que quedó segundo en esas regiones, pero bastante lejos. El caso de
Guzmán, es evidente que su electorado migró a PPK, dándole ese respaldo urbano
y costeño que lo llevó al segundo lugar, reflejados también en el primer lugar
que obtuvo en Arequipa y segundo en Lima. Aún tengo la duda si realmente Guzmán
iba segundo en las encuestas o estaba inflado, otra razón que habría llevado a
tomar la decisión de excluirlo, para luego no tener que justificar su repentina
baja en las encuestas,
Con ambos
candidatos en carrera, PPK hubiera obtenido menos porcentaje y probablemente no
pasaba a segunda vuelta, así que en vez de tener dos opciones debilitadas
(Guzmán y PPK), los dueños del país habrían optado por quedarse con una sola y
así evitar la posibilidad del crecimiento de la opción izquierdista (FA). El
caso de Acuña puede entenderse en la misma lógica, pero también porque le
restaba votos al fujimorismo. Con este competidor en carrera podría haberse
dado el escenario en que el fujimorismo obtuviera menos escaños en el
parlamento.
¿De dónde salieron los votos del FA?
A inicios de año
Verónika Mendoza tenía apenas 2% de las preferencias, probablemente esta cifra
era mayor pero las encuestas la reducían para evitar que su candidatura
entusiasmase a otra gente y creciese rápidamente. Las encuestas se realizaron
casi siempre en zonas urbanas, y ahora vemos que gran parte del respaldo al FA ha sido rural. Algunos analistas
difundieron la idea de que su crecimiento se dio luego del retiro de Acuña y
Guzmán, y si bien esto es cierto, hay que recordar que también creció
Barnechea, sin embargo este apenas llegó al 7% finalmente.
Ya vimos que gran
parte de los votos de los candidatos excluidos migraron a PPK y Fujimori, el
crecimiento de Barnechea explicaría dónde fueron a parar los demás. Es difícil
creer que este electorado, identificado con una propuesta neoliberal moderada,
se fuera directamente a quien era presentada por la prensa como la amenaza
roja. Y entonces ¿de dónde salió ese electorado “rojo”?, bueno, ya vimos que un
sector del mismo ya existía, en zonas rurales y provincianas que esperaban una
opción de izquierda. Es sintomático que Vero haya obtenido tan altos
porcentajes en la zona sur andina, que veía en ella una paisana.
Otro comentario
común en periodistas neoliberales es que las enormes movilizaciones anti Keiko
no repercutieron en el electorado. Nada más falso. El crecimiento del FA se dio
justo después del 10 de marzo (el sorpresivo y masivo rechazo al fujimorismo en
Cusco) y a la par que se desarrollaban esas movilizaciones, en unas 3 semanas
Vero pasó del quinto lugar al empate técnico en el segundo. Eso explica su
llegada en segundo lugar en 8 regiones y su abrumador primer lugar en las 7
regiones del sur, justo allí donde el rechazo al fujimorismo fue más difundido
por medios locales, mientras la prensa nacional no daba suficiente cobertura a
estos hechos.
El fantasma del voto útil
Pero en lo que
todos los partidos han caído, ha sido en meter miedo con eso del voto útil.
Queriendo cosechar de las protestas anti fujimoristas, llamaron a votar por el
que tuviera más posibilidades de derrotar a Keiko en segunda vuelta. Eso ayudó
a PPK, algún sector del electorado de Barnechea migró finalmente a aquel, y
este último no pudo continuar con el crecimiento que tenía. Y la insistente
campaña de que el voto nulo favorecía al primer lugar, contribuyó a reducir el
número de votos viciados a 5%.
La izquierda usó
también de este fantasma. Ahora buscan culpables en quienes votaron
“inútilmente” por opciones sin mayores posibilidades, como Goyo Santos. Llegan
a decir que con el 4% de Goyo, Vero pasaba fácilmente a segunda vuelta. Pero no
es tan sencillo, los electores no votan en bloque, de haberse retirado la
candidatura de DD, sus votos no migrarían directamente al FA, probablemente se
hubieran dispersado entre esa opción, el voto viciado y otras candidaturas. Los
electores no actúan tan ideológicamente.
Pero aún en el caso
de los votos blancos y viciados. De haber votado todos los que no lo hicieron,
esos votos se habrían distribuido entre todos los candidatos, así que eso de
que se beneficia el primero es una especulación tendenciosa. ¿Alguien cree que
los que no votan lo hacen necesariamente por una alta conciencia política?, de
hecho hay sectores que sí, pero las razones para no votar son muchas (preferir
la multa al gasto de pasajes interregionales, vivir muy lejos, simple descuido,
etc).
Los extraños porcentajes electorales
La
cifra final se obtiene restando aquellos que no votaron, convirtiendo el 68.05
en el nuevo 100%., tomando en cuenta solo los votos válidos. Pero esto se
realiza en dos etapas, primero se resta aquellos que no votaron (18.04%),
sacando un 100% de votos emitidos, al que inmediatamente se le resta los votos
no válidos (9.86 blancos, 4.05 nulos), esta maniobra permite confundir y
disminuir las diferencias.
Los resultados
finales nos hacen ver un 39% de apoyo al fujimorismo, creemos que casi la mitad
de los peruanos apoyan a la heredera de la dictadura y nos preguntamos ¿dónde
quedaron esas movilizaciones tan grandes? Cuando la realidad es que Keiko sólo
obtuvo el 27.10% de apoyo del electorado, menos del treintaitantos que le daban
las encuestas. PPK obtuvo 14.29 y Vero 12.81 (fíjense que los no votantes son
los que hicieron que la diferencia entre ambos se redujese). En cifras reales
ni Acción Popular ni el Apra pasaban la valla, y otra vez vemos que no votar,
más que ayudar al primero ayuda a los de abajo.
Es cierto que la
mayor parte de estos desatinos son interesados. Los grupos de poder difunden
estas ideas para influir en la opinión pública, aun sabiendo que la información
que envían es alterada y tendenciosa. Pero el solo hecho de que lo hagan tan
descaradamente es un indicador de que comparten esa “ignorancia matemática” de
gran parte de esa opinión pública que pretenden manipular.
La valla electoral
también es algo que niega el derecho de los electores, ¿cómo es posible que
Cajamarca y Puno hayan elegido congresistas que luego no son tomados en
cuenta?, ¿cómo se sienten esas poblaciones? La valla está diseñada contra los
provincianos. Si vemos los resultados, Cajamarca votó por Goyo, el sur votó por
Vero, la costa norte probablemente lo hubiera hecho por Acuña, probablemente
Junín hubiera dado cierto apoyo a PL de Vladimir Cerrón. Pero la valla sólo
permite que pongan representantes los partidos que tienen presencia nacional.
Eso no es muy democrático que digamos.
El fraude no era sólo un rumor
Queda claro que los
turbios manejos sí tuvieron efecto, aplicar la ley en unos casos pero no en
otros es un evidente proceso fraudulento. Ese fraude salvó al Apra de pasar la
valla y le permitió colocar congresistas. En su momento, muchos colectivos propusieron
denunciar el fraude y llamar a no votar (o votar viciado ese día), pero el 5 de
abril, los partidos participantes en esta contienda no se animaron a apoyar
esta idea y llamaron a derrotar el fraude en las urnas. Así todo quedó
consumado.
La prensa difundió
la posibilidad de que el FA llegaba a segundo lugar y esto entusiasmó a mucha
gente crítica, que prefirió olvidarse del fraude y participar activamente en el
proceso. Era evidente que si Vero realmente llegaba a segundo lugar quedaba la
posibilidad de que se lo quitaran fraudulentamente, ¿no habrá sido así?, ¿quién
garantiza que el proceso fue limpio? El 10 de abril hubo diversas denuncias de
cosas irregulares en el proceso, pero no se le dio mayor importancia. Es
imposible saber cuán legal fue el proceso, con todos los antecedentes
fraudulentos del mismo.
Ahora tenemos un
congreso que en mayoría absoluta será neoliberal, el escenario más probable
para el próximo gobierno es una alianza FP-PPK-Apra, así que gane quien gane el
5 de junio, la DBA ya ha ganado. La coyuntura nos obliga elegir entre una mafia
ligada al narcotráfico y una total sumisión a los Estados Unidos, pero ambas
consolidarán el gobierno de las transnacionales, el modelo extractivista y
contrario a los pueblos. Un sector de la
población duda si votar viciado o no votar. Dirán que no votar por una de las
opciones no sirve, porque esos votos no son tomados en cuenta, como vimos
antes; pero si estos llegan a un porcentaje considerable, sí deslegitiman al
nuevo gobierno. En la primera vuelta no votó el 31.95%, que esa cifra aumente
no se ve tan difícil.
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