“El rumor de un pueblo
que despierta, ¡es más bello que el rocío!”
Manuel Scorza
El 10 de marzo de 2016 se inició
una ola que viene a cambiar el panorama político peruano. Se inició en la plaza
de Santiago en Cusco, pero pudo ser en cualquier otro lugar del país. Fue una
protesta multitudinaria, nadie la organizó, nadie la dirigió, la gente se
autoconvocó, se pasó la voz por redes sociales y se sumó allí, en la calle,
poco a poco, hasta terminar siendo el triple de los simpatizantes del mitin
fujimorista que se desarrollaba en el lugar. La ex primera dama de la dictadura
tuvo que reducir su mitin y marcharse, los días siguientes la misma figura se
repitió en distintas ciudades por todo el país.
El proceso electoral que había
estado monótono y bastante vulgar, se vio sorprendido por el ingreso de un
nuevo actor: la movilización social. Gente sin banderas pero con reclamos bien
claros, armados de memoria y dignidad, prefirieron lanzarle huevos en vez de golpes
y recordar sus crímenes en vez de discutir sus supuestas propuestas. La prensa
neoliberal los acusó de violentistas, tratando de negar la verdad y asustar al
país. Buscaron relacionarlos con algún partido, con algún grupo, buscando
hallar a los dirigentes de un movimiento sin dirigentes.
Ahora que se consolida el fraude
a favor de la representante de la última dictadura del siglo XX, que a la vez
fue el gobierno más corrupto del Perú; esa multitud sin jefes ni caudillos
vuelve a movilizarse. EL JNE excluyó del proceso a un candidato por un hecho
menor que el de la candidata Keiko, bastante documentado por la prensa, pero la
candidata no es excluida. Queda claro un favoritismo y una manipulación de las
entidades electorales.
Y esa voz múltiple, mayormente
juvenil y autónoma, denuncia el fraude y propone que no se realice este
proceso, por lo menos hasta que el JNE sea cambiado, y se convoque a nuevas
elecciones. Aseguran que continuarán movilizándose por todo el país para evitar
que se consolide una elección a todas luces ilegítima. Entre el 5 y el 10 de
abril se medirán las fuerzas de esta nueva oleada de dignidad, frente a las más
cavernarias fuerzas del neoliberalismo. La vieja izquierda electoral podría
hacerle el juego al fraude, por lograr las curules que ya tienen casi seguras.
Esperemos que la izquierda escuche la voz de los indignados y aprenda de ellos.
En las calles, un sector de
peruanos estamos descubriendo nuestra fuerza. Aprendemos en la práctica que no
necesitamos jefes ni caudillos, ni grandes organizaciones; que con niveles de
organización horizontal y en redes, en menos tiempo estamos logrando más de lo
obtenido con organizaciones verticales y centralizadas. Todo esto es
continuación de lo que fue el “pulpinazo” un año atrás, y podría ser la
antesala de una nueva forma de hacer política más adelante.
Así consoliden su fraude, así
elijan a otro neoliberal, así nos calumnien e insulten; ya aprendimos que la
fuerza está en la acción, que sólo nuestras acciones hacen que nos tomen en
cuenta, que no importa lo que hagan allá arriba mientras fortalezcamos nuestras
opciones abajo, que sus insultos pueden ser respondidos con nuestras verdades.
El reto es enorme y no tenemos seguridad de vencer, pero ya no nos quedaremos
esperando que alguien nos salve, ni caudillos, dirigentes o maestros, ni
grandes organizaciones o partidos; estamos comenzando a tomar en nuestras manos
los hilos de nuestros destinos, y nos queda la tarea de enseñarlo a todos
nuestros pueblos y organizaciones, así, de manera horizontal y en la práctica.
Roberto Ojeda
1 comentario:
A propósito del artículo... ¿Cómo construir el Poder Popular? creo que la Izquierda ha intentado en organizar tal poder, pero al querer hacerlo le confirió sus propios defectos y así nunca lo ha logrado. Pero a no dudarlo en los últimos años hemos visto como ese emergente poder se va desarrollando al margen de esas viejas organizaciones para adoptar otras, mas horizontales, espontaneas y ligadas a las redes. De otro lado, no podemos ocultar que en este proceso electoral constatamos esa misma movilización en torno a Veronika Mendoza y el FA... Esperamos que todo eso no se diluya y decante en una organización formal popular.
Publicar un comentario