Lo emboscarán con engaños
Le lloverán bombas
Le dispararán ráfagas
Ocho balas lo atravezarán
Y no podrán matarlo
Lo perseguirán sus verdugos
Lo patearán
Quemarán su cuerpo
Lo arrojarán desde el cielo
Y no podrán matarlo
Lo llenarán de insultos
Lo llamarán salvaje terrorista
Lo culparán de su propia muerte
Lo condenarán sin juicio
Y no podrán matarlo
Al tercer día de los sucesos
Cuando se crea todo consumado
Reabrirá los ojos y las voces
A defender la madretierra volverá
Y no podrán matarlo
(Si Romualdo viviese quizás hubiera escrito algo mejor, pero vaya con algo de piratería este homenaje a los caídos y no caídos el 5 de junio, hermanos defensores de la naturaleza como Pizango, Manuin y sus compañeros)
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