martes, 16 de junio de 2009

Cusco: ¿ciudad insensible?


El país está de duelo, una masacre ordenada por el gobierno de Alan García generó muerte y dolor entre pobladores de las nacionalidades awajún y wampis, así como de policías enviados casi como carne de cañón. El 5 de junio, día del medio ambiente, en Bagua, al norte del Perú; el gobierno destapó su verdadera cara criminal y racista. Después oímos al presidente decir que los indígenas amazónicos no son ciudadanos de primera clase, la ministra del interior los llamó salvajes que usan plumas en la cabeza, como si eso los hiciese no-ciudadanos.
El reclamo amazónico exige ser consultados antes de emitir leyes que los afectan, exigiendo se cumpla con el Convenio 169 de la OIT. El gobierno sabe que el reconocimiento a los derechos indígenas está en crecimiento a nivel mundial, por eso se apresura en amarrar legalmente los contratos con empresas extractoras de minerales e hidrocarburos, para que luego sea difícil romper estos amarres. Por otro lado, los indígenas andinos, campesinos de las montañas, anuncian medidas de lucha contra otro de esos amarres (la ley de aguas). Ambos temas afectan a toda la población y al tratarse de reservas ecológicas mundiales, afectan a todo el planeta. Así, los “indios”, los “chunchus”, los más discriminados en esta republiqueta criolla, están luchando por toda la humanidad.
Y el tiempo de los levantamientos coincide con el “mes jubilar del Cusco”, sus grandes celebraciones que alegran a toda su población pero sobre todo a las empresas turísticas, controladas por extranjeros y foráneos. En ese contexto, las autoridades regionales y locales claman por no alterar las fiestas. Algunos dirigentes como la FDTC caen en el mismo rollo, secundados todos por un sector de la prensa servil y sin ética. Quieren que no se espante al turismo, cuando el turismo ya fue espantado por las noticias de Bagua, además, bloqueado el ingreso a Cusco por Canchis y Apurímac, ¿no está ya afectado? ¿Vamos a aislarnos de las luchas sólo para “brichear” unos pocos turistas?
El país está de duelo. ¿Podemos bailar y emborracharnos como si eso no nos importara? ¿Es que a estos defensores del turismo no les importa? Sabemos que a los desalmados empresarios nunca les ha importado el sentimiento del pueblo, pero a los pobladores del Cusco, los qosqorunas, ¿acaso no nos duele? ¿Acaso esto querían quienes iniciaron estas fiestas?, ellos buscaban reconstruir nuestra identidad. ¿Qué dirían ahora?
Por eso, las organizaciones campesinas han acordado una huelga indefinida a partir del 24 de junio, día del campesino, en coordinación con organizaciones de otras regiones del Perú. El gobernador aprista (el mismo partido culpable de las muertes de Bagua) y el Presidente Regional (otrora izquierdista Hugo Gonzales, como su asesor Jesús Manya) han hecho vanos esfuerzos por convencer a los campesinos para que posterguen su lucha. Les han pedido que traicionen a sus hermanos de otras regiones, así como los ahora gobernantes regionales nos han traicionado a todos.
Y la FDTC, base de la CGTP en Cusco, se ha mostrado temerosa de alterar la tranquilidad, cuando la tranquilidad ya fue alterada por la masacre. La actual dirigencia (dizque izquierdista) muestra debilidad y acomodo, acusándonos de divisionistas a quienes sí apoyamos la lucha de nuestros hermanos. ¿Dónde quedó el compromiso de la vieja izquierda? Algún dirigente del Partido Comunista Peruano propuso una misa por los caídos, ¿será que ahora los comunistas hacen misas, ahora que hasta los obispos de la Amazonía apoyan las protestas? ¿Se volvió a voltear la realidad?
La cosa es simple: no podemos celebrar la fiesta de nuestra identidad, cuando los que más conservan y defienden esa identidad están luchando por sus derechos. Ellos sólo piden respeto, que los consideren también como personas. No podemos bailar sobre los muertos. La actividad del “muro de la dignidad” el mismo día de Corpus Christi demostró que una protesta pacífica y creativa no se contrapone con la festividad tradicional. Se puede realizar los desfiles portando pancartas exigiendo que este gobierno tirano respete al pueblo, se puede idear cosas más creativas.
Quizás para los empresarios, autoridades corruptas y dirigentes k’eletes, los hermanos que llevan plumas en la cabeza no sean ciudadanos de primera clase, quizás para ellos sólo los turistas merezcan respeto, quizás quieran que todo el Cusco sea “brichero”. Pero aún hay gente digna como los comunkunas, como Plinio Kategari, Fermín Quispe y los dirigentes de Canchis que no traicionan a sus bases. Con ellos unámonos todos, exigiendo derogatoria de todos los decretos anticomunales, Asamblea Constituyente para una nueva constitución que establezca un Estado Plurinacional, cese a la persecución de dirigentes como Alberto Pizango, libertad a los indígenas presos e investigación sobre los desaparecidos, vacancia presidencial y juicio al criminal García. Y de una vez por todas declaremos traidores del pueblo a Hugo Gonzales, Jesús Manya y demás k’umillos del capitalismo.


¡Kausachun levantamiento campesino!
¡Juicio a Alan García!

No hay comentarios: