Durante 40 años nos han dicho que el aeropuerto internacional de Chinchero es una obra anhelada por el Cusco, que promoverá el desarrollo del Cusco y nos ayudará a enfrentar el centralismo, nos han educado con estas ideas y prácticamente hemos nacido con ellas. Sin embargo, nadie se había puesto a pensar si en el lugar donde se construirá el aeropuerto había gente, comunidades, medio ambiente.
El año 2010, ante la presencia de Proinversión para que se realice esta obra, las comunidades de Yanacona y Ayllu Pongo se organizaron para hacer respetar sus derechos. Primero fue informarse sobre las consecuencias de la construcción del aeropuerto, tanto las ventajas como las desventajas; enterados que se requería un proceso de consulta antes de realizarse el proyecto, solicitaron apoyo a diversas entidades. Así llegó allí la ONG Aporvidah, especialistas en derechos humanos y derechos indígenas, quienes los asesoraron en el tema de la Consulta Previa.
Proinversión había amenazado con expropiar los terrenos en caso de que ellos no aceptaran las ofertas que les hicieran, lo que fue confrontado por los comuneros a partir del Convenio 169, que reconoce los derechos de los pueblos ancestrales. Pronversión siguió maniobrando, debilitando a las comunidades, aún así, ellos solicitaron apoyo a los congresistas, recibiendo el respaldo de la congresista Verónika Mendoza.
En noviembre de 2011, dos comuneros interpusieron un recurso de amparo contra Proinversión, apoyados por la ONG Aporvidah, amparándose en el Convenio 169 y el derecho a consulta.
Por ese tiempo también entró al tema el gobierno regional de Cusco, presionado por la urgencia de que se viabilice el tan añorado proyecto. Para eso delegaron a Adolfo Zúñiga como encargado de negociar con los comuneros de Chinchero, el mes de febrero en una reunión ampliada, los dirigentes desautorizaron a Zúñiga por haber estado intentando comprar a los dirigentes. El escándalo crecía, el presidente regional Jorge Acurio ofreció pagarles 20 dólares por metro cuadrado, aún cuando el proyecto no está en su competencia. Sorprendidos, los comuneros pidieron más dinero para vender sus terrenos.
A fines de marzo, el Diario del Cusco, periódico local muy cuestionado por prestarse a campañas sucias contra diversas autoridades y dirigentes sociales; denunció a Aporvidah y Verónika Mendoza de opositores al desarrollo, servir a intereses centralistas y estar manipulando a los comuneros de Chinchero.
Todos los medios de comunicación han cerrado filas a favor del aeropuerto, demostrando una gran ignorancia en el tema de la consulta previa. Se dice que si hay diálogo entre las partes no se requiere la consulta, cuando el Convenio 169 aclara muy bien que la consulta debe realizarse siempre que se afecte territorios de pueblos ancestrales, aún cuando haya diálogo y así se trate de un proyecto “bueno”. Otros han llegado a decir que no son pueblos indígenas porque se llaman comunidades campesinas, mostrando mayor ignorancia y una visión tendenciosa para desacreditar un justo reclamo, precisamente cuando las organizaciones del país están exigiendo que se reconozca como pueblos indígenas a todas las comunidades campesinas y nativas del Perú.
La campaña mediática apunta a que se pasen las atribuciones de Proinversión al gobierno regional en este proyecto, entonces él sería el encargado de negociar y realizar la consulta. Esto también es preocupante pues Coco Acurio tiene un largo prontuario por casos de corrupción.
La verdad es que los comuneros no se oponen al proyecto tajantemente, sólo exigen una negociación justa. El principal problema de este caso es que se sentaría un precedente negativo, pues si el aeropuerto va sin consulta, luego será difícil pedir consulta para casos como Majes Siguas II, Salcca Pucara, las mineras, etc.
Algunos datos
El aeropuerto se construirá en terrenos de las comunidades Yanacona y Ayllu Pongo, principalmente de la primera. Territorios anteriores al Estado, por lo que la consulta es imprescindible.
Los principales beneficiarios del aeropuerto no serán los pobladores del distrito, sino las empresas transnacionales, tanto la que construirá la obra, la concesionaria de su administración (poruq eno lo hará el Estado), cadenas hoteleras y agencias de viaje. Sólo en segundo grado serán las municipalidades y comunidades de la zona.
El consenso a favor del aeropuerto ha sido construido a lo largo de 40 años. Parte de la idea “desarrollista” de que esas grandes obras son necesarias para toda la colectividad, aún cuando sólo beneficiará al sector turismo (por ejemplo, un aeropuerto no beneficia en nada al sector agrícola).
Principales impactos negativos que no se difunden
- El aeropuerto alterará el medio ambiente por la contaminación auditiva (ahuyentará fauna) y el secado de aguas subterráneas.
- Desaparecerá pequeñas lagunas como Ponqolay, contaminará las lagunas Piuray y Huaypo, desviará el curso del colector de aguas pluviales – riachuelo de Chicao.
- Pérdida de tierras agrícolas.
- Presencia de nuevos pobladores y negocios que alteraran la forma de vida tradicional, con la consecuente presencia de delincuencia, tráficos de tierras, conflictos, prostitución, etc.
- Aparición de nuevas enfermedades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario