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En un editorial titulado “Arcaico romanticismo telúrico andino” el director del Diario “Correo” (Lima, 18/07/08) volvió a ofender al Cusco, esta vez tomando como pretexto la revista de humor “Ch’illico”. Aldo Mariátegui afirma cosas como “hay demasiada bronca contra Lima, la Costa y la modernidad capitalista que representan, a la que enfrentan con un orgullo local infantilmente exacerbado, … esa huachafería retórica y esa falta de humor las encontré paradójicamente en una revista cómica cusqueña ... Se llama Chillico (saltamonte en quechua) y uno puede encontrar allí las mayores imbecilidades populistas, acompañadas de una retórica pomposa y muy agresiva, del típico antichilenismo y antilimeñismo de plazuela, de un pasadismo obsesionado por lo incaico … de un centralismo nacionalista (¡cómo si los quechuas fueran la única etnia indígena peruana!), de un pachacutismo, de un tupacamarismo que son hasta risibles por adolescente... Es ideológico, más que falta de reconocimiento o de dinero”
Comprendemos que el director de un diario derechista se haya molestado al leer dicha publicación. Aquí cumplo con responder desde dos aspectos: como integrante de la revista y como cusqueño.
1.- Hay que aclarar que la revista de “burdos dibujos antisistema y de humor violentista” es publicada en un contexto sociocultural específico. No somos antilimeños sino anticentralistas, no criticamos la cultura limeña o chilena sino la dominación política y económica que afectan y agreden a nuestros pueblos. No creemos que nuestra cultura sea superior a otras, hablamos de lo quechua por que es nuestra realidad (somos una región andina mayormente quechua, donde el tema del pasado es cotidiano y también lo ironizamos). Tupacamarismo para nosotros es un halago.
2.- Se puede criticar la revista, el estilo y el contenido, eso nos da pie para mejorarla. Pero el señor Mariátegui en realidad está criticando el “sonqho”, el sentimiento que motiva la revista. En Cusco sí existe oposición a la modernidad capitalista, porque es excluyente y racista. Ese sentimiento parte de lo identitario precisamente por la discriminación existente; que nuestros modos de hablar no le agraden no quiere decir que sean malos, así es la diversidad cultural. Sí es ideológico, pues hay un conflicto social y cultural que no se puede negar, que lamentablemente crece más con actitudes como las de ese periódico (no por nada están circulando varias respuestas como la presente).
Weracocha Aldo. No queremos discutirles, queremos que nos dejen ser. Que se acaben las injusticias y las violencias. Les ofrecemos nuestros aprendizajes de miles de años para construir una sociedad que nos incluya a todos, ustedes nos ofrecen represión, discriminación e insultos. No nos pidan agachar la cabeza y cerrar la boca, porque ya no aceptaremos sus patadas y explotaciones.
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