PRONUNCIAMIENTO
Como cada año, este sábado 21 de marzo, el Arzobispado del Cusco está organizando su evento
denominado “Marcha por la Vida” en donde, bajo pretexto de defender la vida y la familia,
impone los términos de varios debates
(como es la no-legalización del aborto y el rechazo a la
Unión
Civil) siendo el Estado y las organizaciones sociales a quienes les atañe el tema, los que deberían plantear
éstos términos
de
debate. Frente a ello, el Colectivo Juventud
Cusco expresa su rechazo al abuso de poder, la manipulación de la información y la hipocresía del Arzobispado del
Cusco.
1. LA REALIDAD DE LOS ABORTOS CLANDESTINOS INSEGUROS Y PELIGROSOS.
El problema no está en saber si el aborto está bien o está mal. La realidad es que en el Perú, más
de
350.000
mujeres abortan cada año1 (es decir, una cada minuto y medio) de manera clandestina. Por ser
clandestino, se realizan sin el cuidado correspondiente ni las medidas de
seguridad: 65.000 mujeres están hospitalizadas cada año2, y 1.800 mueren (5 cada día)3 a
raíz de un mal aborto.
Más
preocupante aún es la situación de las niñas y adolescentes violadas (1
de
cada 5 en el Perú), de
las
cuales el 34%
resulta
embarazada4; sus únicas dos opciones
son
volverse madre adolescente de un hijo producto de una situación traumática, o sufrir un aborto
ilegal, con todo lo que conlleva. En lo que debería
ser un
asunto de salud
pública, los abortos clandestinos se han vuelto un negocio que prima sobre la vida y la salud de las mujeres por falta
de
una legislación adecuada a esta realidad. Es un hecho que nadie puede cuestionar, pues lo
muestran todas las
cifras y las investigaciones de diferentes organizaciones de salud nacionales
e internacionales, que también muestran que la legalización del aborto no hace aumentar el
número total
de
abortos practicados en un país, solo lo hace más seguro para las mujeres5.
Ninguna mujer quisiera
tener que abortar; es una decisión difícil, a veces traumática, y precisamente por eso necesitamos espacios abiertos para reflexionar conscientemente del tema, no solas y a escondidas; tener información adecuada, no rumores y chismes. Las mujeres
necesitan
acompañamiento para cualquier
decisión final que tomen. Porque al final de cuentas
ayer, hoy y
mañana, las que toman decisiones sobre sus
cuerpos y sus vidas, son y somos las mismas mujeres. Una mujer que ha decidido no llevar a cabo un embarazo, no lo llevará a cabo, diga lo que diga
su padre, su tía, su
profesor, su diputado o el
señor Cipriani.
Obviamente, la legalización del aborto tiene que ir de la mano con una política pública
de educación sexual realista y adecuada en donde no sea un tabú hablar de otros métodos
anticonceptivos que la abstinencia (condones, pastilla anticonceptiva, pastilla del día siguiente, etc.)
como la pregona
la Iglesia.
POR ELLO: EXIGIMOS LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO Y POLITICAS PÚBLICAS
DE EDUCACION SEXUAL INDEPENDIENTE
DE
LAS CREENCIAS RELIGIOSAS, COMO CABE EN EL PAIS LAICO EN EL
CUAL SUPUESTAMENTE VIVIMOS.
1 Cifras de la
ONG
Flora Tristán
3 Cifras del Ministerio de Salud
4
Cifras del Ministerio de la Mujer (2013)
5
Estudio de la
OMS,
del instituto Guttmacher de EEUU y
Flora Tristán
2.
DENUNCIAMOS
EL ABUSO DE PODER Y LA MANIPULACIÓN A LOS ESTUDIANTES DE
COLEGIOS DEL CONSORCIO CATÓLICO
Muchos de los estudiantes de los colegios que pertenecen al consorcio católico en el Cusco
están obligados a
participar a la marcha del sábado 21, condicionados a través de sus notas para
la clase (obligatoria) de religión y a veces bajo amenaza de sanción
económica a los padres de los que se negarían a participar.
Se manipula a un sector vulnerable de la población como es la
niñez y la
adolescencia, que no
tienen acceso a una información imparcial que les ayude a construir su propia opinión sobre
estos
temas tan controversiales como puede ser el aborto.
3.
DENUNCIAMOS LA HIPOCRESÍA DE UNA INSTITUCIÓN QUE NO DEFIENDE A TODAS LAS VIDAS POR IGUAL
Este sábado, el Arzobispado dice defender la vida; sin embargo nunca ha denunciado o nunca se ha solidarizado con
el
atropello que sufrieron
y siguen sufriendo miles de mujeres esterilizadas a la fuerza bajo el gobierno de Alberto Fujimori. Muchas
murieron a raíz de intervenciones quirúrgicas
y otras siguen sufriendo daños físicos
y psicológicos irreversibles de estas
intervenciones forzosas.
Tampoco denuncia la criminalización de la protesta, es decir los cientos de personas que han
muerto producto de acciones policiales en el marco de manifestaciones sociales,
donde incluso murieron menores de edad (por ejemplo, en los sucesos de Pichanaki, en febrero de este año, hubieron infantes afectados) que hasta ahora no encuentran justicia
ni reparación.
Tampoco denuncia las graves enfermedades que adquieren poblaciones que están expuestas
a proyectos extractivos, como el caso de Espinar que comprueba que se encontraron más de
35 metales pesados en el organismo de las personas, tanto adultas como niños, que viven en zonas aledañas al proyecto minero Tintaya. Hasta el
momento, tampoco tienen acceso a servicios de salud,
ni justicia ni reparación.
Más grave aún es la hipocresía de una institución que frente a los escándalos de pedofilia y abusos sexuales a niños practicados por cientos de años en sus propias filas, no los denuncia,
y más bien los niega y los esconde cuando es bien sabido que esta realidad es un secreto a voces. Hasta a los
turistas, se les explica que hay un túnel
entre el convento de Santa Clara y San Francisco donde se encontraron cadáveres de niños y fetos muertos; esto siendo la prueba
intangible de la vida sexual secreta de los supuestos santos y de la práctica de algo que prohíben a otras mujeres con pretexto de pecado.
POR LO CUAL EXIGIMOS:
- Que la Iglesia no se entrometa en el debate sobre el aborto, que tiene ser que llevado
por el Estado y la sociedad civil, y que no obligue ni exponga a los estudiantes de colegios religiosos a participar en movilizaciones de carácter político.
-
Que el Estado tenga políticas públicas de educación sexual y aborto legal, libre y gratuito.
- El cumplimiento de la Constitución Política que nos define como un Estado laico, en donde la Iglesia no imponga su visión moralista, llena de prejuicios y tabúes, sobre la
educación sexual en los colegios públicos, permitiendo el acceso a una información
imparcial y la construcción de una
opinión libre y critica
sobre estos temas
-
El acceso libre e informado a todos los métodos anticonceptivos que permitan evitar
embarazos
no
deseados (en términos
de
acceso económico, geográfico y social.
Colectivo Juventud Cusco
20 de marzo de 2015
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