miércoles, 21 de diciembre de 2011

Dialogar no es ordenar





El primer ministro fue a dialogar con el presidente de Cajamarca, en el acto le dijo que tenía que firmar un documento ya redactado en Lima. El presidente elegido democráticamente por los cajamarquinos sólo pudo reír ante la insolencia de un funcionario, elegido a dedo por el presidente de la República. Además pidió que estuvieran presentes los dirigentes de las organizaciones sociales cajamarquinas, pero el ministro Valdez dijo que solo dialogaría con autoridades democráticamente elegidas por el pueblo.



Oiga ministro, ¿quién más democrático que aquellos que han sido elegidos por sus pueblos para encabezar la defensa de sus tierras y de sus vidas?, ellos, además, trabajan ad honoren, nadie les paga por exponer sus vidas y sus familias a la represión de aquellos que aparte de cobrar enormes cantidades de dinero del Estado, dedican sus mayores esfuerzos al servicio de empresas privadas como Yanacocha.



Recién estamos comprendiendo que la gran transformación se refería a un hecho lingüístico, están cambiando el significado de las palabras. Ahora se dice diálogo al dar órdenes, y un auténtico diálogo es llamado radicalismo. Hace un tiempito ya que consulta quiere decir informe sin derecho a réplica. Ahora el neoliberalismo se llama centro derecha y por momentos centro izquierda, se denomina nacionalismo al favorecer a empresas extranjeras.



También se pone ejemplos inexistentes, como eso de que sí queremos una minería responsable, aunque no existe ni un solo caso de minería responsable en el país, osea es un ejemplo utópico.



Si los funcionarios trabajan a favor de empresas privadas, pues que les paguen estas y no el Estado. Lo peor es que en muchos casos sí les pagan, por lo bajo o por lo alto, pero además los muy sinvergüenzas cobran del Estado. Y el Estado beneficia a las empresas y perjudica a los ciudadanos.



Hace 20 años que la derecha pierde las elecciones pero igual gobierna. Y se enorgullecen de eso, y se aplauden mutuamente, Alan García felicita a Ollanta por haber mentido como antes lo hizo García. Toledo es más cauto porque mintió menos, pero mintió.



Entonces, cuando el Estado está en contra de sus ciudadanos, cuando los que prometieron defenderlos los traicionan, cuando las izquierdas sólo existen en el papel; los ciudadanos se reorganizan y construyen sus propios poderes, que en muchos casos se llaman frentes de defensa. Defensa ante las empresas, el estado y sus fuerzas represoras, incluida la represión mediática realizada por seudoperiodistas pagados por empresarios.



Son pequeños esos poderes populares, por ahora. Están más donde hay pueblos indígenas, pero su lucidez ya está invadiendo sectores mestizos y urbanos. Por lo pronto Cajamarca no aceptó firmar porque no acepta que la empresa Yanacocha le mate 4 lagunas, como Islay no deja que Southern le mate su agua, como los aymaras no dejan que les maten sus apus, como Carabaya y Espinar no dejan que les maten su río… la lista sigue, Pachamama vive…

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