Aunque yo andaba abstraído en la
interesante biografía de Guaman Poma y en intentar reconstruir la historia de
las wakas; los aburridos analistas políticos me devolvieron a esa realidad
post-electoral que pareciese calco y copia de los años que provocaron en el
coronista la frase "y no hay remedio".
Bueno, el voto viciado también puede
aportar luces para una interpretación anarca de las recientes elecciones
peruanas. Es pues una expresión de descontento y rechazo al sistema político,
rechazo que debe ser leído adecuadamente para contribuir a construir
alternativas a partir de ese sentimiento.
Algunos objetarán que se trata de una
voz de rechazo, pues puede incluir muchas razones que motivan al elector a
viciar su voto (simple error, desinterés, cansancio, palomillada). Para
responder a estos incrédulos haremos un breve análisis. En la mayoría del país
los votos en blanco y los viciados, tienen un promedio de entre 5 y 10% cada
uno, sumando algunos puntos más alguno de ambos rubros (el blanco en algunos
casos, el viciado en otros). En 11 regiones la suma de ambos rubros supera ampliamente
al candidato ganador (Ancash, Apurimac, Arequipa, Cajamarca, Cusco, Huánuco,
Lima, Madre de Dios, Piura, Tacna, Tumbes).
11 de 25 es buen número, y su
diferencia con los resultados de las demás regiones indica que hay razones para
que exista dicha diferencia, no puede ser producto del descuido o la
palomillada simplemente. Hay un sentimiento de rechazo en unas regiones más que
en otras. En algunas el rechazo se ha manifestado en el apoyo mayoritario a
candidatos que aparecen como antisistema, llenando de ilusiones a la izquierda.
En otras ese rechazo se expresó en los blancos y viciados.
Más luces nos dará observar el caso
de tres provincias donde el voto viciado superó al alcalde electo:
-
En la provincia de Huaraz el voto viciado obtuvo el
14.53%, superando al candidato ganador. Disgregado el voto por distritos,
sorprendentemente vemos que en la mayoría el voto viciado fue ínfimo, siendo
alto sólo en algunos y llegando a superar al ganador sólo en Huaraz (18.43%) e
Independencia (15.36, en donde además el voto en blanco obtuvo 20.22!).
-
En la provincia de Arequipa llegó al 14.98%. Disgregándola
por distritos sobresale Arequipa (donde llega al 24.66%), ganando también en Cayma, Cerro Colorado, Bustamante y Rivero,
Melgar, Miraflores, Paucarpata, Sachaca y Yanahuara, mientras en La Joya gana
el voto en blanco.
-
Finalmente en Cusco obtuvo el 16.39%. Nuevamente disgregamos por distritos
hallando que gana en Cusco (19.05), San Sebastián (16.53) y San Jerónimo (13.08)
He mencionado sólo los votos viciados
porque es donde encuentro mayores particularidades, en todos los resultados
provinciales el voto en blanco difiere poco del promedio nacional, sólo en
votos viciados hallamos estas “avalanchas”.
¿Qué motiva estas peculiaridades?
Podría ser la ausencia de candidatos que se presenten como la opción
“antisistema”, pero esto no sólo se dio en las tres provincias, es decir que
tendría que haber muchos más “triunfos de VoVi”[1]. Podríamos sumar las
avalanchas por candidatos antisistema (Junín, Puno, etc.) con los triunfos de
VoVi y encontrar que se trata de los lugares con mayor tradición contestataria,
pero nos quedarían muchos vacíos.
Anoté los casos distritales de estos
votos para intentar hallar un patrón común. Encontré distritos urbanos pero
también rurales, ubicados mayormente en el centro urbano pero algunos también
en la periferia. La característica compartida es que se ubican en lo que podríamos
denominar “eje histórico”[2]. ¿Qué ha llevado a los
habitantes de estos distritos históricos a emitir un voto de rechazo al sistema
electoral?.
Difícil responder esta pregunta.
Cusco y Arequipa tienen una identidad local muy fuerte que influye en las
decisiones políticas (recordar el Arequipazo o protestas cusqueñas es
inevitable)[3].
Esa identidad contestataria local respaldó posiciones de izquierda durante
décadas, no debería extrañarnos que esté buscando algo más allá de la izquierda
tradicional. Pero sería muy ingenuo pensar que el trabajo de activistas
libertarios y anarquistas ha dado estos frutos (mayores han sido experiencias
limeñas como las “zonas” por ejemplo, pero en la ciudad capital la voz de
rechazo ha sido minúscula), tal vez algo hemos dialogado con el sentimiento de
hartazgo de nuestras poblaciones, pero este sentimiento está más ligado a esa
identidad local que gusta diferenciarse del resto del país.
En todo caso, ese sentimiento de
hartazgo puede ser parte de la construcción de alternativas libertarias y allí
es donde nuestros activismos pueden contribuir fuertemente, no para
“ideologizarlas” esperando que surjan movimientos declarados anarquistas; sino
para sumarnos a ese sentimiento y poner en la práctica lo que tenemos en la
teoría: la construcción de alternativas en la cotidianidad (algo que algunos
venimos intentando ya algunos años, pero que ahora nos presenta el reto de
multiplicar dichos intentos).
Alguna iniciativa llamativa podría
surgir a partir de ahora. Si “ganó” VoVi, ¿quedará este triunfo aparente en un
simple acto simbólico? Ese es el reto. Podemos pergeñar acciones que
fortalezcan el sentimiento de hartazgo para convertirlo en una posibilidad más
allá de una simple cólera, proponer un “plan de (auto)gobierno de VoVi”, que
parta de lo simbólico, lo provocativo, para motivar acciones alternativas a la
política electoral. El campo está sembrado y no significa que sólo en estos
lugares puedan surgir alternativas autogestionadas, quizás surgen en otras
localidades, pero desaprovechar el panorama aquí sería una gran frustración para
nosotros.
Sí,
cuantitativamente a nivel de país, lo de VoVi es muy poco, pero al menos es
algo. Lo otro, la posibilidad del resurgimiento de una izquierda honesta
personificada en Cochero (candidato del FA de Lima) no ha calado, y los
triunfos de Aduviri, Cerrón y otros, podría derivar en caudillismos
autoritarios como el de Evo en Bolivia. En ese panorama, VoVi es lo único que
nos queda. De caras al bicentenario de la república criolla y burguesa, ad
portas de que ingresen los transgénicos y con la mineras sobre nosotros, la
posibilidad de una alternativa anarca es urgente y necesaria.
[1] “VoVi”
es la jerga que los cusqueños usamos para referirnos al voto viciado desde las
elecciones de 2014 (por las dos sílabas iniciales de la palabra).
[2] En
Huaraz el distrito Independencia es una especie de centro histórico ampliado,
en Arequipa y Cusco vemos la mayoría de zonas de larga data (históricas).
[3]
Desconozco el caso huaracino, por eso centro mi análisis en las dos ciudades
sureñas, que además son las que más votos viciados presentaron.
2 comentarios:
Gracias Cochero, un articulo que nos brinda alcances tangibles sobre VoVi. ya te buscare para conversar un fuerte abrazo
Muy buen artículo. Coincido en el fondo y la forma. La aparición de Bolsonaro nos pone el problema de si tendremos el tiempo suficiente, para trabajar en nuestro propio proyecto anarquista. No estamos exentos de que aparezca un caudillo también "exterminador", como sucederá en el Brasil, si ese militar se impone. Por eso creo, en primer lugar, que debemos unirnos, deponer los personalismos. Y buscar aliados, gente, grupos, que sean anti autoritarios y sensibles al sufrimiento de los explotados, aunque no sean anarquistas. Y sin precipitarnos, iniciar la lucha del pueblo organizado, contra el Sistema Capitalista y su Estado depredador. Entiendo que la violencia armada es cuestionable, pero sí que el movimiento requerirá encontrar la forma de defenderse de la represión estatal y fascista. Miguel Tauro.
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