Nuevos ritmos para la piedra
Germán Bausch Bedoya
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Apu Sauma, antigua waka de Chinchaypucyo |
¡Piedra, piedra, piedra, piedra!
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Silbas en los labios del viento
un compás apresurado;
por seguir tu trayectoria
el silencio se arrodilla.
Caes redonda y clara
meteoro de los incas
y florece tu estampida
en el fruto de los huertos.
¿Por qué milagro de rocas
te has veteado de colores?
¿Por qué extraño rodadero
te viniste con el agua?
¿Quién fue tu madre, tu padre
roca vecina del cóndor?
Tal vez fuiste un grano
empapado de eternidad.
Que con los oídos del tiempo
escuchaste a Manco Ccapac,
mirando las altas flechas
de los guerreros del agua.
Tal vez sentiste a los Ayar
viniendo por tus costados
con su siembra de cultura
que iluminaba caminos.
¿No serás tú la partícula
de mundos extraterrenos
o la fracción de una maccana
sobre cráneo aventurero?
Cuántos siglos has bebido
el agua de los puquiales.
¿Te impregnaste de sangre
o te perdiste en la historia?
¿Tal vez contemplaste vicuñas
de filmadoras pupilas
indiecitas de mil trenzas
bajando por los nevados?
¿Cuántos pasos crujieron
como esquilas en tus oídos
derramando mote amargo
por el fuete de hacendados?.
¿Cuántas ojotas rompieron
la raíz de tus caminos?
¿Cuánta coca ha llorado
su llipta por el soroche?
Te acostaste sobre el ichu
con un silencio de siglos.
Es hora que despiertes piedra
de tu letargo sin nombre.
Sobre ti descansó el arriero
sus sueños de trago y bayeta
y muchos ponchos se abatieron
transparentes de paludismo.
No seas como el trueno en tu protesta,
ni relámpago en tu grito.
Que están bajando linternas
con un aire renovado.
No seas piedra cobarde
que se oculta en los mares
que se envuelve en las algas
durmiendo sueños de lodo.
El rayo templó tu cuerpo
como el acero más fuerte,
arranca el crucifijo
de tu silencio culpable.
Las altas peñolerías
tienen jihuayros de sangre
que lloran en la ladera
junto a las flores de nieve.
Sé piedra que en Ausangate
quiso escalar hasta el cielo
que en Tambomachay y Q’encco
acarició doncellas.
Piedra que cantó en Písac
y descansó en los caminos
que descongeló su grito
y estalló en los motines.
Piedra que en la galga serrana
trituró muchos caballos.
Piedra que en el gesto del Inca
es un dolor de tres siglos.
Piedra valiente en el cuerpo
de Túpac Amaru Segundo
a quien cortaron la lengua
mas no acallaron su grito.
Piedra de raza pisoteada
que el tiempo va modelando
piedra que desmenuza el agua
y que el viento la construye.
Piedra dura en los peñascos
suave seda en la arena
que en Sacsayhuaman es recuerdo
y en Machupicchu es asombro.
Piedra escopeta del pueblo
rompe costuras del aire,
eres bailarín con huaraca
danza del grito rotundo.
Tú siempre has sacudido
oligarquías maduras.
Tu nuevo árbol es verde,
hay esperanza en su fruto.
Por eso te canto piedra
símbolo de nuestra raza,
raza de piedra el incario
raza de piedra el futuro.
Piedra la nueva palabra
del monumento serrano,
piedra dolor encerrado
en las costillas del pueblo.
Piedra que va rebotando
con esperanza y con norte,
piedra los dedos del hombre
disparados a la injusticia.
Busqué este poema en internet, pero al no hallarlo lo he transcrito de la revista Fragua de 1979.